Muchas opiniones positivas y negativas se tienen en torno a los proyectos de minería. Lo cierto es que, cuando se toman todas las medidas necesarias y bajo la vía de la legalidad, contribuyen al desarrollo de un determinado lugar.
Un ejemplo de ello es la Mina Gravillera Albania ubicada en la zona rural de Tabio Cundinamarca que, según Silvana Habib Daza, presidenta de la Agencia Nacional de Minería, la empresa realizó una inversión de $7.000 millones en programas de gestión social.
Gracias a dicha inversión, en el lugar ahora se realizan actividades agrícolas como la producción de 15.000 litros de leche al día. Este tipo de actividades demuestran que la minería no necesariamente es excluyente, ya que puede integrar otro tipo de actividades, para el desarrollo de los habitantes de la zona de extracción.
Es válido afirmar que una de las preocupaciones de la Mina Gravillera Albania fue poner en la misma vía a la agroindustria junto con su actividad, la minería, con el fin de generar desarrollo. Además, la minera no perdió de vista la vocación inicial de los habitantes de Tabio. Por esto, Daza señaló que, “un proyecto de minería bien hecha debe tener un cierre bien hecho, y un ejemplo claro es este proyecto”.
La recuperación de las zonas también fue un tema importante durante el proyecto de la minera. Esto se ve reflejado en la inversión de $9.000 millones para adelantar acciones de tipo ambiental como la construcción de una reserva de 20 hectáreas y dos millones de metros cúbicos de agua. Vale la pena señalar que la mina inició en “1990 con un título minero de 447 hectáreas, el cual en 90% ha sido recuperado”, afirmó la compañía.